Jornada de reflexión

Después de una semana experimentando, hoy ha tocado centrarnos. Papeleo burocrático, libros, consultas... hay que atacar a los datos que obtuvimos... y tenemos que estar preparados.

¡A romper se ha dicho!

Alguien nos dijo: "Es curioso, estáis construyendo para destruir".

Razón no le faltaba, porque ayer jueves por la tarde y hoy viernes el asunto pintaba muy bien (demolition day, me gusta llamarlo). Con los dos arcos unidos y con la prensa perfectamente calibrada y preparada nos disponíamos a romper. La expectación era máxima, unas 15 personas en el laboratorio cavilando cuánto sería capaz de soportar las cañas. 

"700!!" "100!" "300!!" "Una tonelada!!" se oía de fondo... Como un crupier diciendo "No va más", la prensa paró después de escuchar los típicos "crec crec" y paró a los 372 kg.

¿Esto es bueno? ¿Esto es malo? Sería muy precipitado avanzar conclusiones y de momento lo dejamos como un dato más que ahora nos toca estudiar a fondo.

La construcción

¡¡Hola Cañer@s!!

Aquí estamos otra vez con buenas nuevas. Hoy hemos terminado la construcción de los dos arcos; tras cuatro días de recolecta y trabajo, el esfuerzo de todos ha dado sus frutos. Y digo “todos” porque nos ha ayudado muchísima buena gente, a la que aprovechamos para agradecer su colaboración y felicitarles por el buen trabajo hecho.

¡Gracias a Gimena, Salva, Jon, Felipe y Montse por aportar su granito de arena al proyecto!

Ahora toca hacer apuestas de cuánto puede aguantar la estructura: unos dicen que menos de 500 kg, otros que el equivalente a 10 personas y otros, más atrevidos, apuestan por 5000 kg. Sea lo que sea, el viernes saldremos de dudas ya que será el día en el que rompamos los arcos mediante la aplicación de una carga con la prensa.

De momento, disfrutad con “la efímera creación”.

La cosecha

Hola Cañer@s!!

¿Qué tal va todo? Nosotros, el pasado viernes, pudimos vivir nuestra primera cosecha de cañas. Aprovechando que estaba Jon (creador y embajador del grupo Canya Viva) por Barcelona, nos acercamos a Corbera de Llobregat a coger unas cuantas cañas… nada importante, unas ciento cincuenta aproximadamente.

La verdad es que podríamos decir que ya sabemos distinguir las cañas en función de su edad, los métodos de recolección empleados y lo divertido que puede ser meter cañas de 5m en una furgoneta no tan larga (evitaremos colgar pruebas gráficas que nos delaten).

¡Y ahora que ya tenemos la materia prima, a montar arcos se ha dicho!

Agradecer, además, la colaboración de Oriol Palou, Jon Cory-Wright y sobre todo Jordi, que nos ayudó como el que más de forma altruista.

 

El origen

¡Hola a todos!

Siguiendo el protocolo previamente establecido, lo primero que deberíamos hacer es presentarnos y explicar de qué trata todo esto. Así que empecemos:

Somos Sergio y Eli, estudiantes de la Escuela de Edificación de Barcelona y alumnos de Ingeniería de Edificación. Y ¿por qué creamos un blog? Pues, aparte de sobrarnos las ganas, queremos hacer un diario de lo que será nuestro proyecto final de grado.

El proyecto consiste en un estudio de la caña común como material utilizado en la construcción; ya sabéis, esa planta que solemos encontrar en los márgenes de los ríos, a los lados de las carreteras o alrededor de las vías del tren… y que por más que intentamos eliminar, no podemos. Así, como materia prima es bastante ideal: recurso extendido, al alcance de cualquiera y “aparentemente” inagotable.

Al principio no sabíamos muy bien cómo enfocar el tema, ni que íbamos a tratar, pero poco a poco las ideas fueron cogiendo fuerza gracias a un buen puñado de gente que nos ayuda en nuestras andanzas y está igual de interesada que nosotros en este tema. Poco a poco, iremos hablando de ellos para, así, agradecer su colaboración.

Ahora sólo falta ponerse manos a la obra (nunca mejor dicho) y empezar nuestro camino. 

¿Os venís?