miércoles, 23 de febrero de 2011

El reto de los moldes (I)

¡Hola a todos! Después de haber resuelto uno de los puntos que más entretenidos nos ha tenido, volvemos con nuevas noticias.

Tras terminar los ensayos de flexión, nos pusimos a preparar las probetas de compresión. ¿Y cómo podíamos conseguir una planicidad perfecta en los extremos de la caña y unas caras paralelas para reducir al máximo las posibles excentricidades? Pues tal como se hace con las probetas de hormigón: refrentándolas. La única diferencia es que esta vez en lugar de azufre, utilizaríamos resinas de poliéster o resinas epoxi (la que mejor funcionara). Iniciamos las pruebas conociendo el elevado grado de exotermicidad y corrosión de las reacciones, pero lo que no esperábamos es que las resinas de poliéster quemaran el molde de poliéster expandido en cuestión de segundos.

Por suerte, la resina epoxi se comportó correctamente. Aún así, los problemas vendrían a la hora de escoger el material del molde…



martes, 1 de febrero de 2011

La cosecha. Vol. II

¡Pues se acabó la época idónea de la cosecha! ¿Recordáis cuándo era, no? Sí, sí, durante la semana de luna menguante de enero. Así que hasta Sta. Coloma de Cervelló que nos fuimos de excursión y, una vez allí, nos pusimos a buscar cañas adultas (de dos o más años) para clasificarlas, limpiarlas, bautizarlas (dándoles un código) y llevarlas al laboratorio de la EPSEB.

En realidad, es muy sencillo diferenciar las cañas que tienen un año de las que tienen dos o más: mientras que las primeras tienen unas hojas verdes que recuerdan a las de las panochas de maíz, las cañas adultas tienen ramas en la parte alta del tallo. ¿Y el motivo por el que escogemos cañas de dos o más años? Durante el primer año, la caña llega hasta su altura máxima; durante el segundo, aumenta el grosor de la pared de su tallo (y obviamente, su resistencia).

Respondiendo a la duda que os planteamos la semana pasada, sobre cómo determinamos la humedad de las probetas, la respuesta es pesando las muestras antes del ensayo, secándolas en una estufa a 105⁰C y obteniendo su peso seco. Así, aplicando una fórmula tal como la siguiente, obtenemos el porcentaje de humedad.


Y hasta aquí nuestras historias. Mientras llega la próxima entrega, podéis deleitaros con algunas de las fotos sacadas durante nuestra aventura.